Un modelo matemático impulsó al gobierno británico a cambiar de estrategia frente al coronavirus

Un modelo matemático presentado por el Imperial College de Londres dio un panorama extremadamente sombrío de cómo la enfermedad se iba a propagar por el país, cómo iba a impactar el sistema público de salud (NHS) y cuántas personas iban a morir.

El mensaje era contundente: o se cambia de estrategia o más de un cuarto de millón de personas morirían a causa del coronavirus, incluso si el sistema puede atender a todos los pacientes contagiados.

"Podríamos estar viviendo en un mundo muy diferente del que conocemos durante un año o más", le dijo al diario Financial Times Neil Ferguson, jefe del programa de modelos matemáticos del Imperial College de Londres.

Esta fue una de las principales razones por el cual el primer ministro británico Boris Johnson, comenzó a hablar de "supresión", que es la estrategia que se utilizó en China y se traduce en romper la cadena de contagio con la distancia social de toda la población, en vez de "mitigación" como lo venía haciendo.

La OMS ya había señalado que si la opción fuera no hacer nada, las muertes en Reino Unido podrían llegar a las 510.000. Teniendo en cuenta esto se optó por la estrategia de la mitigación, con el fin de no cerrar el país.

Para crear este modelo, los científicos, tomando en cuenta la experiencia de países como China y Corea del Sur, midieron las tres estrategias posibles para afrontar la pandemia:

Supresión: romper las cadenas de transmisión, tratando efectivamente de detener la epidemia, y reducir los casos a lo más bajo posible, como lo ha hecho China.

Mitigación: aceptar que no se puede detener el coronavirus, por lo tanto, disminuir su propagación y tratar de evitar el punto máximo en casos de contagio que harían colapsar al sistema público de salud. Esa era la estrategia del gobierno británico hasta este lunes.

No hacer nada: y que el coronavirus ataque a gran parte de la población.

"Lo que nos dice este modelo es que debemos reducir la curva de casos, con la certeza de que no la vamos a llevar a cero", le dijo a la BBC Patrick Vallance, el asesor en temas científicos del gobierno británico.

El informe del centro de investigación parte del escenario más similar al que se ha enfrentado la humanidad con un virus sin una vacuna disponible: la pandemia de la gripe H1N1 de 1918, cuando al menos 18 millones de personas murieron alrededor del mundo.

Con eso en mente, el modelo implementado por el Imperial College para realizar su medición toma algunas variables como los días de incubación del virus (5,1 días), el promedio de personas que se contagiaron por día, las circunstancias de control que existían cuando se contagiaron y las tasas de mortalidad y recuperación.

También se tuvieron en cuenta, de acuerdo a los datos entregados por cada país, las políticas que se implementaron, como por ejemplo: personas que se les puso en cuarentena por mostrar síntomas, a las personas que se pusieron en cuarentena porque tuvieron contacto con otra persona infectada, distancia social de las personas mayores de 70 años, distancia social de toda la población y el cierre de colegios y universidades.

A cada uno de estos aspectos, los especialistas aplicaron variables de tiempo y cantidad de personas infectadas, y sobre todo, como podrían impactar esto en el sistema de salud de ambos países contando las camas disponibles en cada cada país.

Resultados

Los resultados dejaron desconcertados a los expertos:

Si no se toma ninguna medida: el modelo señala que el pico de contagios se alcanzará en tres meses, infectará a cerca del 80% de la población y dejará 510.000 personas muertas en Reino Unido, además de un sistema de salud colapsado.

Con la estrategia de mitigación del contagio, además de las 255.000 muertes en Reino Unido (apriximadamente 1,2 millones en EE.UU, en donde tambien se midio con este modelo matematico), el problema sería mantener el sistema de salud por los casos que se darían en el largo plazo.

"Nuestra mayor conclusión de este modelo es que la estrategia de mitigación, la que el gobierno británico llevaba adelante, no es factible porque supone respaldarse en un sistema de salud que se vería sobrepasado en varios números en su capacidad de reacción", se lee en el informe.

Los datos señalan que la estrategia de la supresión, que es la mezcla de todas estas políticas, reduciría en "dos tercios" la demanda de atención médica por parte de los servicios de salud en el punto más alto de la crisis y es "la política correcta para atender la pandemia".

Y se añade: "Los efectos sociales y económicos para poder adoptar estas medidas serán profundos porque deberán ser financiadas durante un tiempo".

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