El legado de Chernóbil
Esta recopilación de información, puede ayudar a responder a las preguntas pendientes sobre cuántas muertes, enfermedades y alteraciones del medio ambiente, se produjeron realmente en el accidente nuclear acontecido en Chernóbyl, Ucrania el 26 de abril de 1986.
¿Cuántas personas murieron, y cuántas más morirán en el futuro a causa del accidente?
Hubo 3.940 defunciones por cáncer y leucemia provocados por la radiación entre los 200 000 trabajadores de servicios de emergencia que intervinieron en los años 1986 y 1987, los 116 000 evacuados y los 270.000 residentes en las zonas más contaminadas. Se estima que unos 2.500 morirán en el futuro por causas relacionadas con esa exposición.
La contaminación provocada por el accidente ha causado alrededor de 4.000 casos de cáncer de tiroides, principalmente en personas que eran niños o adolescentes en el momento del accidente, y al menos nueve niños han muerto de cáncer de tiroides; con todo, la tasa de supervivencia entre las víctimas del cáncer, a juzgar por la experiencia en Belarús, ha sido de casi el 99%.
Los residentes que ingirieron alimentos contaminados con yodo radiactivo en los días posteriores al accidente recibieron dosis altas en la glándula tiroides. Esto ocurrió en particular con los niños que bebieron leche de vacas que habían comido pasto contaminado. Puesto que el yodo se concentra en la tiroides, ésta fue una de las principales causas de la elevada incidencia del cáncer de tiroides en los niños.
¿Cuantas personas viven actualmente en las zonas afectadas?
Según las estimaciones, cinco millones de personas viven actualmente en zonas de Belarús, Rusia y Ucrania que están contaminadas con radionucleidos debido al accidente; unas 100 000 de ellas se encuentran en zonas que en el pasado fueron clasificadas por las autoridades gubernamentales como “zonas de control estricto”.
¿Cual es el estado actual del reactor?
Los elementos estructurales del sarcófago construido en torno al reactor dañado se han deteriorado, con el consiguiente riesgo de hundimiento y liberación de polvo radiactivo.
Esas estructuras inestables se han reforzado recientemente, y en el futuro próximo comenzará la construcción de un nuevo confinamiento seguro en torno al sarcófago, que debería servir por más de 100 años. La nueva cobertura permitirá desmantelar el sarcófago actual, sacar la masa de combustible radiactivo de la unidad dañada y, finalmente, clausurar ese reactor.
Aún no se ha definido un plan completo para deshacerse, respetando las normas de seguridad vigentes, de las toneladas de desechos radiactivos de actividad alta que se encuentran dentro y alrededor del emplazamiento de la central nuclear de Chernóbil.
¿Cuáles fueron las repercusiones en el medio ambiente?
Los ecosistemas afectados por el accidente de Chernóbil se han estudiado y vigilado ampliamente en los dos últimos decenios. Durante los primeros diez días hubo grandes emisiones de radionucleidos que contaminaron más de 200.000 kilómetros cuadrados de Europa. El grado de sedimentación varió según que estuviera o no lloviendo cuando pasaron las masas de aire contaminado.
La mayor parte de los isótopos del estroncio y el plutonio quedaron depositados dentro de un radio de 100 km del reactor dañado. El yodo radiactivo, que fue causa de gran preocupación después del accidente, tiene un período de semidesintegración breve y ya se ha desintegrado del todo. El estroncio y el cesio, con su período de semidesintegración más largo, de 30 años, aún persisten y seguirán siendo motivo de preocupación en los próximos decenios. En cuanto a los isótopos del plutonio y al americio 241, que persistirán tal vez por miles de años, su contribución a la exposición humana es baja.
Las superficies abiertas, como las calles, los céspedes y los techos, fueron las más contaminadas. Los residentes en Pripyat, la ciudad más cercana a Chernóbil, fueron evacuados rápidamente, lo que redujo la exposición potencial a los materiales radiactivos. El viento, la lluvia y las actividades humanas han reducido la contaminación superficial, provocando sin embargo una contaminación secundaria de los sistemas de evacuación de aguas residuales y fangos de alcantarillado. La radiación presente en el aire en las zonas urbanizadas ha vuelto a situarse en los niveles de fondo, aunque los valores siguen siendo superiores en las zonas en que los suelos se han dejado tal como estaban.
¿En qué medida están contaminadas las zonas agrícolas?
La alteración por exposición a la intemperie, la desintegración física, la migración de los radionucleidos hacia niveles más profundos del suelo y la reducción de la biodisponibilidad han dado lugar a una merma importante de la transferencia de radionucleidos a las plantas y los animales. El yodo radiactivo, que pasó rápidamente de los pastos y piensos a la leche, fue una de las primeras preocupaciones, y en efecto se observaron niveles elevados en algunas partes de la antigua Unión Soviética y de Europa meridional, pero, dado el breve período de semidesintegración de este nucleido, esa preocupación no tardó en calmarse. El cesio radiactivo presente en la leche, la carne y algunos alimentos vegetales es actualmente, y seguirá siendo por mucho tiempo, el elemento más preocupante en lo que respecta a la exposición humana interna, pero, salvo en unas cuantas zonas, las concentraciones no exceden de los niveles inocuos.
¿En qué medida están contaminados los bosques?
Tras el accidente, los animales y la vegetación de las zonas forestales y montañosas absorbieron grandes cantidades de cesio radiactivo, y los niveles siguen siendo altos en las setas, las bayas y la caza. Debido a que la exposición relacionada con los productos agrícolas ha menguado, la importancia relativa de la exposición generada por los productos forestales ha aumentado y sólo disminuirá a medida que los materiales radiactivos migren hacia zonas más profundas del suelo y se desintegren lentamente. Se ha observado una elevada transferencia de cesio radiactivo de los líquenes a la carne de reno, y de esa carne al ser humano, en el Ártico y en las zonas subárticas, con altos niveles de contaminación de la carne de reno en Finlandia, Noruega, Rusia y Suecia. Los Gobiernos interesados impusieron restricciones a la caza, entre otras cosas fijando la temporada de caza en el período en que la carne de los animales está menos contaminada.
¿En qué medida están contaminados los sistemas acuáticos?
La contaminación de las aguas superficiales en gran parte de Europa disminuyó rápidamente gracias a la dilución, la desintegración física y la absorción de los radionucleidos en los sedimentos de los lechos y en los suelos de las cuencas de captación. Sin embargo, debido a la bioacumulación en la cadena trófica acuática, se encontraron concentraciones elevadas de cesio radiactivo en peces de zonas tan alejadas como Alemania y Escandinavia. El estroncio radiactivo alcanzó niveles comparables, pero como se concentra en la espina del pez y no en el músculo, no tuvo consecuencias importantes para el ser humano. Actualmente los niveles en los peces y en las aguas son bajos, salvo en las zonas con lagos “cerrados”, sin cursos de desagüe. En esos lagos, los niveles de cesio radiactivo en los peces seguirán siendo altos por decenios, y por lo tanto deberían mantenerse las restricciones a la pesca.
¿Qué efectos produjo la radiación en las plantas y los animales?
En las zonas más expuestas, hasta una distancia de 20 a 30 kilómetros, se observaron aumentos de la mortalidad de coníferas, invertebrados del suelo y mamíferos, y pérdidas reproductivas en plantas y animales. Fuera de esa zona no se han notificado efectos agudos imputables a la radiación. Con el descenso de los niveles de exposición, las poblaciones biológicas se han ido recuperando, pero los efectos genéticos de la radiación se han visto en células somáticas y germinales de plantas y animales. La prohibición de las actividades agrícolas e industriales en la zona de exclusión permitió la proliferación de las poblaciones vegetales y animales y, paradójicamente, creó un “santuario excepcional de la diversidad biológica”.
¿Cuál ha sido la respuesta de los gobiernos de las zonas afectadas?
Los programas de reasentamiento y rehabilitación lanzados con los criterios soviéticos resultaron ser insostenibles después de 1991; la financiación de los proyectos disminuyó, con lo cual muchos de ellos quedaron abandonados y sin terminar, y muchas de las prestaciones prometidas dejaron de contar con el respaldo financiero necesario. Además, las prestaciones se ofrecieron a categorías amplias de “víctimas de Chernóbil” que fueron aumentando, por lo que ahora son siete millones de personas las que reciben o tienen derecho a recibir pensiones, subsidios especiales y prestaciones de atención sanitaria, con inclusión de vacaciones gratuitas y subvenciones garantizadas.
Dada la reducción sustancial de los niveles de radiación en los últimos veinte años, los Gobiernos deben revisar la clasificación de las zonas contaminadas.
Fuentes
Organización Mundial para la Salud
Chernobyl’s Legacy: Health, Environmental and Socio-Economic Impacts
The United Nations and Chernóbyl
Fotografia
GreenPeace - Escuela abandonada, en la proximidades de Chernobyil, Illinsty, Ucrania. Dec 1995