Kiribati, un archipiélago menos

Los habitantes de la pequeña nación de Kiribati han aceptado la desaparición inexorable de sus paradisíacas islas bajo las aguas del Pacífico a causa del cambio climático, y buscan un nuevo lugar en el que vivir.

Kiribati es un archipiélago ubicado en la zona central oeste del Océano Pacífico, al noreste de Australia. Está integrada por un grupo de 33 atolones coralinos y una isla volcánica (Banaba) diseminados en un área de más de tres millones de kilómetros cuadrados. Independiente desde 1979, Kiritimati (Isla Christmas) es el atolón más grande del mundo. Es el hogar de unas 105.000 personas que en menos de medio siglo, si se cumplen las previsiones, será engullido por el océano.

Tong, su presidente, ha señalado que comunidades enteras ya han sido desplazadas y que muchas cosechas se han perdido por la subida del nivel del mar, causada por los efectos del cambio climático.

"Nueva Zelanda ha sido la única nación del mundo que ha respondido afirmativamente a nuestra petición", ha indicado el presidente, quien se encuentra de visita oficial en este país.

 Construir un dique temporal de refuerzo en las islas Gilbert, las más pobladas, costaría más del doble del Producto Interior Bruto (PIB) del país, el segundo más bajo del mundo en relación a los valores de paridad del poder adquisitivo, según datos facilitados por el Banco Mundial.

Ninguno de sus atolones se eleva mas allá de los 6,5 metros por encima del nivel del mar y según el climatólogo Stephen H. Schneider, el punto de inflexión para Kiribati ya se ha producido y solo es cuestión de tiempo que todo el archipiélago quede totalmente sumergido bajo el mar.

En los últimos 3 años el nivel de mar había subido entre 10 y 15 centímetros lo que había obligado a sus habitantes a refugiarse en las zonas mas altas de las islas, lo que supone apenas 2 metros mas que aquellas que están en la costa.

Eso y las escasas lluvias que se vienen produciendo en los últimos años, ha originado la reubicación de sus habitantes

La visión apocalíptica del futuro de Kiribati no es nueva, en 1989 un informe de Naciones Unidas apuntaba que sería uno de los primeros países en ser devorado por el océano.

Los países de la zona ya han comenzado a alertar sobre la situación y los medios de comunicación se preguntan quién será el próximo, dando por hecho que, aunque unas décadas más tarde, todas las pequeñas naciones del Pacífico Sur tendrán que afrontar el mismo problema.

La Conferencia Ministerial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de la región Asia-Pacífico llevada a cabo en septiembre de 2000 en la ciudad de Kitakyushu (Japón) concluyó que la mayoría de los archipiélagos del Pacífico eran vulnerables a la subida del nivel del mar.

Los mayores problemas que presentan estas naciones son que las viviendas, campos de cultivo y las infraestructuras están concentradas en las zonas costeras, las más expuestas.

No obstante, los científicos que participaron en el foro consideraron una tarea complicada determinar la gravedad del problema que no puede calcularse sólo por la velocidad a la que se derriten los polos ni por el aumento de la temperatura de las aguas de los océanos.

Las estimaciones del Programa de Medio Ambiente de la región del Pacífico Sur apuntan a que en el próximo siglo el nivel del mar habrá subido medio metro y a que el proceso no se frenará en ese punto, ya que el aumento observado en la actualidad es fruto del calentamiento provocado hace varios lustros.

Este no es el único problema de Kiribati. En 1988, el Gobierno se vio obligado a reubicar a más de 5.000 personas en un intento por luchar contra la superpoblación, y el país cuenta ahora con 127 habitantes por kilómetro cuadrado.

Aunque rodeados por gigantes como China y Australia, los kiribatíes, los más pobres de entre todos sus vecinos, se enfrentan casi solos a su desaparición como nación repitiendo la legendaria historia de la Atlántida y condenados a ser olvidados para siempre.

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