Los olivos de Europa se enfrentan a su propia pandemia

Las bacterias que agotan los nutrientes están diezmando los olivares en todo el Mediterráneo con consecuencias devastadoras. Desde 2013, un patógeno mortal llamado Xylella fastidiosa, también conocido como la "lepra del olivo", se ha arrastrado a través de los olivares mediterráneos, transmitido por chinches y otros insectos que extraen su savia. Los olivos en Europa se enfrentan a una crisis de salud no muy diferente de la que los humanos estamos luchando actualmente.
El patógeno bloquea la capacidad de un árbol para transportar su savia a través de su tronco, ralentiza el crecimiento de los olivos, marchita las aceitunas y finalmente termina matando al árbol.
En Italia ha visto una disminución del 60 % en su producción de aceite de oliva desde el descubrimiento de la bacteria, con el 17% de sus regiones de cultivo de aceitunas actualmente infectadas. Ya han muerto un millón de árboles y las pérdidas económicas podrían alcanzar los 5.000 millones de euros en los próximos 50 años, a menos que Italia logre detener su propagación. En España, podría costar hasta € 17 mil millones, y en Grecia un poco menos de € 2 mil millones.
Este mes ha surgido una nueva investigación sobre la gravedad de la enfermedad y las medidas que deben tomar los productores de olivos y los gobiernos de las regiones afectadas para minimizar el daño.
Publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los investigadores de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos modelaron varios escenarios, desde el peor de los casos, si toda la producción de aceitunas cesó debido a la muerte de los árboles, hasta una mejor proyección en donde todos los árboles son "reemplazados" por variedades resistentes.
España, Italia y Grecia representan el 95% de la producción de aceite de oliva en Europa, y todos estos lugares tienen climas óptimos para que la bacteria prospere. Al depender solo de 3 países productores de aceite de oliva, la Comunidad Europea ha comenzado a mirar con entusiasmo este tipo de proyectos.
Entre el 85% y el 99% de todas las áreas productoras actualmente son susceptibles a la lepra de los olivos.
Las medidas sugeridas por los investigadores no son agradables. Requieren la destrucción de los árboles infectados, lo que no solo es una tarea enorme, sino que también impone un esfuerzo psicológico a los productores que pueden haber heredado los olivares de sus familias de hace cientos de años.
La propuesta incluye la destrucción de árboles sanos porque podrían ser vectores de la bacteria y la implementación de un 'cordón sanitario', o límite que divide las áreas infectadas de las sanas podría mejorar el proyecto.
Algunos científicos y productores están investigando soluciones no tan destructivas para la naturaleza como "intervención mecánica para eliminar malas hierbas en primavera con el propósito de reducir las poblaciones de insectos que transmiten la enfermedad, así como repelentes de insectos, barreras vegetales y análisis genéticos para determinar por qué algunas plantas son más susceptibles a la infección que otras.
A menos que la infección esté bajo control, los consumidores globales podrían encontrar que el costo del aceite de oliva aumenta como resultado de la escasez. La búsqueda de cultivares resistentes o especies inmunes es una de las estrategias de control a largo plazo más prometedoras y ambientalmente sostenibles.