Muere James Lovelock, el “abuelo” del ecologismo

En el día de su 103 cumpleaños, murió el creador de la hipótesis Gaia, que considera al planeta Tierra una comunidad autorregulada de organismos. "Tengo la sospecha de que la Tierra se comporta como un gigantesco ser vivo" dijo James en 1969,cuando formuló su conocida “hipótesis Gaia”. Cuestionada en su momento y en la actualidad su teoría es considerada como una aportación vital para una aproximación más holística al planeta, fundamental para entender la complejidad de los sistemas terrestres.

James Ephraim Lovelock quien nació en Letchworth, Hertfordshire el 26 de julio de 1919-Abbotsbury casualmente murió ayer 26 de julio de 2022, fue un científico independiente, meteorólogo, escritor, inventor, químico atmosférico y ambientalista inglés.

Inventó un detector de captura de electrones que permitió detectar componentes tóxicos en regiones tan remotas como la Antártida.

Contrario al armamentismo nuclear, promovió un uso pacífico de la energía nuclear como único recurso para disminuir el abuso de los combustibles fósiles y evitar que el sistema atmosférico llegue a un punto sin retorno que lo desestabilice.

Estudió química en la Universidad de Mánchester y en la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical. Luego en los Estados Unidos realizó diferentes trabajos para la Universidad Yale, el colegio de medicina de la Universidad de Baylor y en la Universidad Harvard.

La Geological Society of London lo galardonó con la medalla Wollaston en 2006 por la creación de un campo de estudios enteramente nuevo en Ciencias de la Tierra, la llamada Ciencia del Sistema Tierra.

​A fines de los 60 creó la hipótesis Gaia, que en resumen es: un modelo interpretativo que afirma que la presencia de la vida en la Tierra fomenta unas condiciones adecuadas para el mantenimiento de la biosfera.Según esta hipótesis la atmósfera y la parte superficial del planeta se comportan como un sistema donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema autorregulado en equilibrio o con tendencia al equilibrio.

El origen de la hipótesis se remonta cuando Lovelock fue llamado por la NASA en 1965 para participar en el primer intento de descubrir la posible existencia de vida en Marte. Participó como asesor de un equipo cuyo objetivo principal era la búsqueda de métodos y sistemas que permitieran la detección de vida en Marte y en otros planetas. Uno de los problemas a resolver sería el encontrar los criterios que deberían seguirse para lograr detectar cualquier tipo de vida. A Lovelock le llamaron la atención las radicales diferencias que existían entre la Tierra y los dos planetas más próximos; esta singularidad de las condiciones de la Tierra lo llevó a formular su primera hipótesis.

Lovelock definió Gaia como: una entidad compleja que implica a la biosfera, atmósfera, océanos y tierra; constituyendo en su totalidad un sistema cibernético o retroalimentado que busca un entorno físico y químico óptimo para la vida en el planeta y sus habitantes.

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