3 – Mar Mediterráneo: 2.510.000 km2
Es un mar interior de Europa, Asia y África, que se encuentra unido al océano Atlántico en su extremo occidental por el estrecho de Gibraltar. El Mediterráneo es casi un mar cerrado, cubre una extensión de unos 2.510.000 km2 y tiene una longitud de este a oeste de 3.860 km y una anchura máxima de 1.600 km. El Mar Mediterráneo ocupa el tercer lugar en la lista de los mares mas grandes del planeta.
En general es poco profundo , tiene una profundidad promedio de 1.500 metros y una profundidad máxima de 5.150 metros frente a la costa sur de Grecia.
Una barrera subterránea desde Túnez a Sicilia divide el Mediterráneo en dos cuencas, la oriental y la occidental. Hay otra barrera subterránea entre España y Marruecos a la salida del Mediterráneo.
Con sólo 300 metros de profundidad, restringe la circulación a través del angosto estrecho de Gibraltar, reduciendo, por lo tanto, las diferencias de nivel de las mareas lo que, junto con el alto nivel de evaporación, hace que el Mediterráneo sea mucho más salino que el océano Atlántico.
El mediterráneo posee 62 especies de anfibios que habitan en sus costas, 35 son endémicas, al igual que las 111 de las 179 especies de reptiles.
El 28 % de las especies marinas halladas en el Mediterráneo son endémicas. En cuanto a las aves, el Mediterráneo es un mar de especial diversidad puesto que se halla en la ruta migratoria de multitud de especies. Se estima que unos 2.000 millones de aves migratorias de 150 especies distintas se detienen en sus humedales durante su trayecto o se establecen allí en algún periodo corto del año.[9
El mar Mediterráneo está subdividido en pequeños mares, cada uno con su propia designación (de oeste al este):
El mar de Alborán entre España y Marruecos.
El mar Menor al sureste de España, entre Cartagena y San Pedro del Pinatar.
El mar Balear entre la costa este de la península Ibérica y las Islas Baleares.
El mar de Cerdeña entre la costa oueste de Cerdeña y las islas Baleares.
El mar de Liguria entre Córcega y Liguria (Italia)
El mar Tirreno entre la costa est de Cerdeña, la península Itálica y la costa norte de Sicilia.
El mar Adriático entre la península Itálica y las costas de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Montenegro.
El mar Jónico entre la península Itálica, Grecia y Albania.
El mar Egeo entre Grecia y Turquía.
El mar de Libia entre los golfos de Sidra y Gabés, en Tunicia.
El mar de Cilia entre Turquía y Chipre.
El canal de Cerdeña que separa la costa sur de Cerdeña de la costa norte de Tunicia.
El canal de Sicilia que separa la costa oeste de Sicilia de la costa este de Tunicia.
Amenazas
El Mediterráneo se enfrenta a varios problemas derivados de la mano del hombre: la sobrepesca, las técnicas de pesca destructivas (redes de arrastre), el exceso de urbanismo en la franja litoral, la contaminación y el calentamiento global.
La sobre-pesca actual es más del doble que hace 50 años aunque gracias a los esfuerzos ha bajado hasta la cifra actual de millón y medio de toneladas todavía demasiado alta para lo que este mar puede soportar. La contaminación que produce la mala depuración de vertidos a los ríos provocan en este mar semicerrado es una grave amenaza ya que el mediterráneo es muy sensible a esta.
El turismo es un grabe problema para el mar Mediterráneo, ya que últimamente se han construido muchas urbanizaciones en zonas costeras.
Por otra parte el cambio climático afecta aumentando la salinidad del mar y su temperatura. Según Vargas Yánez y colaboradores, que han analizado datos desde 1948, el aumento medio de la temperatura superficial entre 1948 y 2005 del mar oscila entre 0,12 ºC y 0,5 ºC a lo largo del litoral mediterráneo; en profundidades intermedias (200 m a 600 m) la temperatura aumentó desde 1948 hasta 2000 entre 0,05 ºC y 0,2 ºC, y la salinidad se incrementó entre 0,03 y 0,09.
En las capas profundas (1000 a 2000 metros) el aumento de temperatura osciló entre 0,03 ºC y 0,1 ºC y el de salinidad entre 0,05 y 0,06. El aumento de temperatura de las capas intermedias y profundas puede parecer pequeño, pero hay que tener en cuenta el alto calor específico del mar, por lo que incrementos pequeños de temperatura requieren que el mar absorba enormes cantidades de calor.
El aumento de salinidad refleja la disminución de las precipitaciones en el Mediterráneo, así como la disminución del aporte de los ríos debido a las obras hidráulicas llevadas a cabo en sus cauces. Desde mediados de los 90, se ha observado un acusado aumento del nivel del mar de entre 2,5 mm/año y 10 mm/año, causado en parte por el aumento de la temperatura y en parte por el incremento del volumen de agua producido por el deshielo de los casquetes polares; este aumento inundará marismas e inutilizará la infraestructura turística, como la del mar Menor murciano cuyos precios inmobiliarios se derrumbaron en 2007 al saber que desaparecería en varias décadas.
La situación jurídica del mar Mediterráneo, que se adivina relativamente compleja, convierte el
régimen de conservación de la biodiversidad marina en una normativa fragmentada e inadecuada. Solamente con el fomento de mayores esfuerzos de coordinación, sería posible el desarrollo de un
régimen jurídico integrado de conservación sostenible de la biodiversidad marina y pesquera.